Psicologia: ¿Software para analizar nuestros sentimientos?

Las computadoras pueden ser buenas para efectuar cálculos numéricos, pero, ¿acaso pueden calcular los sentimientos?

El surgimiento de los blogs (diarios en línea) y redes de contactos sociales ha alimentado un fuerte mercado de opinión personal: reseñas, clasificaciones, recomendaciones y otras formas de expresión en línea. Para los científicos computacionales, esta montaña de datos abre una tentadora ventana a la conciencia colectiva de los usuarios de Internet.

Un campo emergente conocido como análisis de sentimientos se desarrolla en torno a una de las fronteras inexploradas del mundo computacional: traducir los caprichos de la emoción humana a datos duros.

Para muchos negocios, la opinión en línea se ha convertido en una especie de moneda virtual que puede convertir a un producto en un éxitoo un fracaso en el mercado. Sin embargo, muchas compañías batallan para encontrarle sentido a las quejas y los elogios que hoy se arremolinan en torno a sus productos.

Varias compañías nuevas de análisis de sentimientos tratan de aprovechar el creciente interés empresarial en lo que se dice en línea.

“Los medios sociales solían ser un lindo proyecto para consultores de 25 años”, externó Margaret Francis, vicepresidenta de productos en Scout Labs, en San Francisco. Hoy, agregó, los ejecutivos de alto nivel “los reconocen como una veta increíblemente rica de inteligencia de mercado”.

Scout Labs, respaldada por la firma de capital de riesgo iniciada por Halsey Minor, fundador de CNet, introdujo hace poco un servicio de suscripción que permite a los clientes monitorear blogs, artículos noticiosos, foros en línea y sitios de redes de contactos sociales en busca de las tendencias en las opiniones sobre productos, servicios o temas noticiosos.

Jodange, con sede en Yonkers, directamente al norte de la Ciudad de Nueva York, ofrece un servicio dirigido a editores en línea que les permite incorporar datos de opinión extraídos de más de 450 mil fuentes, entre ellas fuentes noticiosas populares, blogs y Twitter.

El servicio utiliza un algoritmo sofisticado que no sólo evalúa los sentimientos respecto de temas en particular, sino que también identifica a las personas con opiniones más influyentes.

De la misma manera, el periódico The Financial Times recientemente introdujo Newssift, un programa experimental que hace seguimiento a los sentimientos sobre temas de negocios en las noticias, junto con un motor de búsqueda especializado que le permite a los usuarios organizar sus búsquedas por tema, institución, lugar, persona y temática.

Sin embargo, traducir la resbaladiza sustancia del lenguaje humano a valores binarios siempre será una ciencia imperfecta. “Los sentimientos difieren mucho de los datos convencionales”, afirmó Seth Grimes, fundador de la empresa de consultoría Alta Plana, en Maryland. Grimes apunta a los muchos factores culturales y matices lingüísticos que dificultan convertir a un hilo de texto escrito en un simple sentimiento a favor o en contra. “’Pecaminoso’ es bueno cuando se aplica al pastel de chocolate”, comentó.

Los algoritmos más sencillos operan al escanear pa labras claves para clasificar un postulado como positivo o negativo, basados en un simple análisis binario (“amor” es bueno, “odio” es malo”). Sin embargo, ese enfoque no logra capturar las sutilezas que dan vida al lenguaje humano: la ironía, el sarcasmo, la jerga y otras expresiones idiomáticas.

Al tiempo que los motores de búsqueda comienzan a incorporar cada vez más datos de opinión en sus resultados, la distinción entre hecho y opinión puede comenzar a desdibujarse hasta el punto en que, como alguna vez dijo el músico David Byrne: “todos los hechos vienen con puntos de vista”.

Vía: new york times edición impresa

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